"La estadística es la ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno"

martes, 11 de enero de 2011

Me falta de todo.
Me faltan las razones, los motivos y los silencios.
Me falta una canción en la que encontrar las palabras que no tengo.
Me falta cometer alguna falta que no me pueda perdonar.
Me falta el sentido; el común, el ajeno.

También la lluvia. También.


En también la lluvia hay una película que parecen dos, pero una realidad que es indivisible. Las secuencias del rodaje de la llegada de Colón al terriblemente llamado Nuevo Mundo se intercalan con la crudeza aún más reciente de la Guerra del Agua en Bolivia en el año 2000.

En la primera conversación que mantiene Costa (Luis Tosar), productor de la película, y Sebastián (Gael García Bernal), director y escritor del guión que aspira a replantearse la figura de Colón como un avaro en busca de oro y poder, uno ve venir el cinismo que va a impregnar todas y cada una de las secuencias, pero lo cierto es que en ese momento, lejos de pensar "esto ya me lo conozco" es inevitable dar las gracias por una película que era (ya) necesaria. Extraño puede ser que el guión al final tenga que venir de la mano de un escocés nacido en Calcuta (y, no está de más añadir, guionista de las, también necesarias, películas de Ken Loach), pero es lo que tiene compartir despertares por una de las directoras españolas que se toma en serio el potencial educador del cine.

La verdad es que no sé qué pensará un boliviano sobre la película. Desde luego no es un documental, pero si la superposición de dos sucesos separados por cinco siglos sirve para expresar la desigualdad y el abuso en el que vivimos, creo que se le puede perdonar los posibles errores .

Críticas de críticos:
Boyero para El País

Notas de cine

viernes, 7 de enero de 2011

Carta abierta al director de Biutiful


Estimado Iñárritu:
Me inquietas.

Hace un par de días fui a ver tu última película y todavía intento aclarar por qué has hecho lo que has hecho. No es que por las tres anteriores -la bien llamada trilogía del dolor- esperara más jolgorio y alegría, que ya sé que no es típico de ti, pero si tal vez un poco más de sentido común.

Leí en una entrevista que ya estabas cansado de hacer películas con tramas cruzadas y que por eso esta vez habías decidido escribir una historia lineal. Está bien, fue una buena idea, pero visto el resultado te recomiendo encarecidamente que vuelvas al formato anterior porque, si vas a añadir las mismas dosis de dolor y sufrimiento, es mejor que lo repartas en varias tramas ya que, si lo concentras TODO en un mismo personaje, es estadísticamente imposible que sea creíble. Lo siento señor Iñárritu pero a su personaje, Uxbal, no hay bienintencionado que se lo trague. ¿Qué dice que si? Vamos a ver: Uxbal es un tipo que vive en Barcelona, que ha llevado una mala vida, y al que nada más empezar la película le diagnostican cáncer con metástasis. Para más inri, tiene dos niños pequeños, a los que cría él solo en una casa con unas condiciones higiénicas tan favorables como para que en el dormitorio críen murciélagos. Además, la madre
de las dos criaturas, de la que está separado, es una tipa que sufre un trastorno bipolar que intenta curarse mirando fijamente una lámpara halógena y que cada vez que se acerca a los niños la lía, además de acostarse de vez en cuando con el hermano de Uxbal. Por otro lado, para cerrar el círculo familiar, el padre de Uxbal murió de una pulmonía huyendo de España cuando él todavía no había nacido y la madre también falleció cuando él tenía 10 años (la misma edad que tiene ahora su hija mayor) y no la recuerda. Y por si fuera poco, tu personaje tiene el don, que él mismo define como maldición, de ver a los muertos y escuchar sus últimos pensamientos. Hasta aquí sólo he descrito lo que rodea familiarmente al héroe de tu peli. Con el tema de los manteros y los chinos que trabajan 16 horas al día en condiciones infrahumanas haciendo bolsos no me voy a meter, porque de verdad que me exaspera. Es muy loable que quieras retratar una realidad tan cruda como la de los inmigrantes explotados, los que quieren trabajar y no pueden, a los que apalean por intentar ganarse la vida vendiendo en la calle... De verdad que tal vez esas imágenes eran las únicas creíbles de los 148 minutos de metraje, pero sinceramente, la próxima vez no lo uses sólo de escenario o de aliciente para el sufrimiento de tu personaje, porque para eso es para lo que pusiste la repatriación del senegalés y la muerte de los 25 chinos asfixiados en un sótano por una fallo en unas estufas de gas, para nada más que para añadir dramatismo a tu guión. Y eso, señor Iñárritu, no se hace.

Tal vez cuando ibas por la página 20 de tu guión se te olvidó de que iba tu peli y empezaste a espolvorear tragedias. Tal vez. Uxbal se va a morir, y como él bien sabe, porque habla con los difuntos, sólo tiene que dejar todo resuelto antes de que le llegue la hora. Y con no tener quién se encargue de los dos niños ya tenías mierda de sobra para hacer llorar a una sala entera a moco tendido ( y si no que te lo diga Coixet con su tramposa "Mi vida sin mí").

Definitivamente, me cabreas.


domingo, 2 de enero de 2011

Piensen lo que quieran:


Piensen lo que quieran, porque yo lo tengo muy claro. Sobre el tema de la ley antitabaco no quiero decir nada más, que estoy cansada de que una horda de gente sana (y encubiertamente autoritaria) se me lance a la yugular...Pero esto tiene un extraño tufillo dictatorial, y eso, lo siento, no lo podéis negar:


Las denuncias por fumar
en lugares prohibidos
podrán ser anónimas