"La estadística es la ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno"

jueves, 30 de diciembre de 2010

¿Existe el derecho a desaparecer?

A doblar una esquina y pasar de todo y de todos.

A durante un día no estar para nadie. A decir con voz mecánica inténtelo más tarde.

A estar dolidos; sentirse heridos; estar maltrechos, jodidos, carcomidos, hechos trizas y despojos; ser piojos de uno mismo; a no querer responder a nadie ni a nada; a no dar la hora y andar en pijama; a hablar bajo y con desgana; a arrastrar las palabras hasta que se pierdan algunas letras y las que queden no sean más que pellejo; a regodearse en el lodo de la pena, en la condena de la tristeza, en la rabia del motivo; a irse sin aviso y sin una nota de papel; a no rendirle cuentas a nadie; a no contar cuentos ni historias; a fin de cuentas: a desaparecer.

(22/06/06)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

(Pablo Neruda)

Existe el derecho a ser respetado,y eso implica todo lo demás.Puedes ir sirviendo el té,Alicia ;)