Se sentó a esperar la llamada, esa llamada perdida de manos de nadie. “Si ya no me quieres no me lo digas, hazme una llamada perdida”. Amores de tiempos modernos.
Pasaban las horas, el móvil encima de la almohada y la cabeza apoyada en el respaldo de la cama. “No suena, no suena...que no suene”. No deshojaba margaritas sino que jugaba con la esquina de la sábana. Intentaba dormir.
Le llegó un mensaje improvisado desde un autobús. “Te quiero” leyó en la pantalla. Sonrió y sin dejar pasar ni un solo segundo apagó el móvil por miedo a que luego llegara la llamada perdida. “Hoy (aún) me quiere...”
Pasaban las horas, el móvil encima de la almohada y la cabeza apoyada en el respaldo de la cama. “No suena, no suena...que no suene”. No deshojaba margaritas sino que jugaba con la esquina de la sábana. Intentaba dormir.
Le llegó un mensaje improvisado desde un autobús. “Te quiero” leyó en la pantalla. Sonrió y sin dejar pasar ni un solo segundo apagó el móvil por miedo a que luego llegara la llamada perdida. “Hoy (aún) me quiere...”
2 comentarios:
No sabía que tenías blog, Diva. Me alegra que te esté gustando la buena de Eva Illouz. Y me gusta tu rinconcito :)
A mi me empezó a pasar eso, lo del destrozo, con Virginie Despentes... pero entiendo que sientas que la Illouz te esté reventando el mobiliario...
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